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La era digital, según Alvin Toffler

La velocidad con que se desplaza la "tercera ola" tecnológica y con la que se propaga la revolución de la economía del conocimiento está derribando barreras políticas, económicas, culturales y mentales en cada rincón del planeta, explica Toffler. A medida que avanza la transformación de la economía basada no en "músculos" sino en el poder de la mente, surge lo que Toffler llama "una nueva forma extraña de la vida" que requiere de nuevas aptitudes que antes no eran necesarias.

Hoy, las cerca de 800 millones de computadoras en el planeta permiten a las personas trabajar desde sus casas, en aviones y en la playa. Armados con mil 700 millones de teléfonos a nivel mundial, más personas buscan un formato de trabajo flexible fuera de la oficina para adaptarse a sus necesidades cotidianas.

Con el número de usuarios de internet acercándose a los mil millones globalmente, el ciberespacio es otro mundo geográfico que ha sido creado paralelo al actual, con miles de millones de dólares en comercio cambiando de manos todos los días, y esa cifra aumenta cada vez más drásticamente.

El mundo atraviesa cambios dramáticos, pasando de empleos con un formato de 9 a 5, a una producción permanente de 24 horas, 7 días a la semana.

"El río de la vida está cambiando", recalca Toffler. Junto a su esposa, Heidi, el autor estadounidense de múltiples best sellers viene vaticinando los cambios más importantes del futuro desde la década de los años 60. Y sus ideas frecuentemente ponen el "establecimiento" de cabeza.

Nuevos fundamentos

Por ejemplo, en un mundo basado en el conocimiento, la definición pura de la "economía" –la adjudicación eficiente de recursos escasos– ya no es necesariamente válida porque el conocimiento es un recurso inagotable.

"De hecho, el conocimiento es uno de los pocos recursos intangibles que genera más de sí mismo, pero la realidad es que conocemos muy poco del conocimiento", dice Toffler.

Además, el futurista cuestiona los fundamentos económicos mismos y sugiere que hay fundamentos más "profundos" que determinan el comportamiento de los otros factores económicos y financieros como la inflación, el empleo, los precios de las acciones, las tasas de interés, etc.

Estos fundamentos profundos son tres: el tiempo, el espacio y el conocimiento, y según él, al final determinando el tipo de educación que un país provee a sus jóvenes.

"Si los estamos preparando para una economía de campesino, los estamos preparando para el fracaso", acotó. En cambio, sugirió algunas ideas innovadoras para equiparar el sistema educativo de hoy, que piensa que en muchos países está obsoleto, para adecuarlo a la cultura más personalizada y cambiante de los negocios (Ver tabla).

La velocidad y la aceleración del tiempo están llevando a los jóvenes a aprender cosas mucho más rápido que nunca, y probablemente, mucho más rápido que los adultos. Hoy son capaces de multi-task y hacer múltiples funciones simultáneamente, realizar operaciones digitales y de multimedia con audio y video en computadores personales, Ipods, celulares e internet.

Son capaces de comunicarse con una docenas de amigos y desconocidos con solo oprimir un botón, y su universo se mueve mucho más rápido que las mismas escuelas.

Fuente: Prensa.com (Panamá)