En la actualidad la idea de que las tecnologías de la información y la comunicación tienen un gran peso en el desarrollo económico de las sociedades avanzadas está muy extendida. De hecho, este campo constituye el núcleo principal del sector de la alta tecnología (high-tech), el cual integra fundamentalmente las industrias dedicadas a la medicina, ordenadores, componentes electrónicos, la comunicación, el procesamiento de datos y la investigación aplicada. Según un estudio presentado por el Instituto Milken http://www.milken-inst.org, este sector es el responsable de las dos terceras partes de la diferencia de crecimiento entre las empresas que se apoyan en la alta tecnología y las demás.
Sin embargo, el análisis de las relaciones entre las tecnologías de la información y la comunicación, la educación y la cultura exige necesariamente aproximaciones más cualitativas (De Pablos, 1998).
Entre ellas, reflexionar sobre lo que se deriva de un fenómeno como la globalización. En palabras del profesor Castells (1997), la globalización no es una ideología, aunque es un fenómeno complejo del que se derivan consecuencias ideológicas. La globalización multiplica el intercambio de información y esto refuerza la posición de determinados grupos dominantes. Es una realidad que abarca a todo el planeta, pero excluye a una gran parte de la población mundial, la más desfavorecida.
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Fuente: http://www.ucm.es/